Proveniente del valle Central de nuestro país, esta línea de viña 7 Colores busca expresar la calidad única de la fruta chilena en cada vino, basándose en la innovación y siempre atreviéndose a ir más allá de los límites tradicionales.
Viña 7 Colores se ha destacado, desde su lanzamiento, por su inusual propuesta: ser una viña con una creatividad sin límites ni paradigmas, que rompe con los códigos de la competencia, además de desobedecer las normas, característica que revela su esencia innovadora e irreverente.
Lejos de la formalidad con la que muchas veces se asocia el mundo del vino, esta viña ya se ha hecho de un importante nombre dentro del rubro, gracias a sus mezclas únicas e innovadoras, que dan como resultados vinos de gran balance, redondos y muy atractivos.
Una de sus líneas más llamativas es Cortejo, un portafolio de vinos expresivos, jóvenes y fáciles de beber que invitan al consumidor a iniciarse en el mundo del vino, retratando con honestidad el origen y los atributos típicos de cada cepa. Su encanto está en su frutosidad y calidad varietal. Vinos varietales que realzan los sabores y aromas típicos de cada variedad para así obtener una línea frutal y fresca.
El portafolio de Cortejo se compone de 6 variedades. Un Cabernet Sauvignon que destaca por su color rojo rubí y sus aromas a frambuesas, ciruelas maduras y toque picante. En boca se sienten los frutos rojos, suaves taninos y un final dulce y placentero. Es ideal para comer con carnes rojas, cerdo y guisos.
Cortejo Carménère, es un vino fresco, frutal con taninos agradables. En nariz, tiene notas a frutos negros, especias y chocolate. Por su parte, el Merlot destaca por su intenso color rojo con toques violáceos, además de sus notas a fruta fresca. En boca es jugoso, de acidez balanceada y taninos gentiles.
La variedad Sauvignon Blanc, de brillante amarillo pálido, tiene notas a piñas y duraznos blancos. En boca es intensamente frutal con una acidez deliciosa. Es ideal para acompañar pescados livianos, ensaladas verdes o como aperitivo.
El Chardonnay por otro lado, tiene expresión a peras maduras y delicadas notas cítricas, lo que lo hace perfecto para maridar con pescados y mariscos gratinados. En boca es frutoso, fresco, redondo y envolvente.
Por último, la variedad Rosé, elaborado 50% Rosé Cabernet y 50% Syrah, trata de un vino rosado brillante e intenso, con notas a frutos rojos, frutillas maduras y dulces. En boca es joven, muy fruta, con un final redondo y agradable. Marida perfectamente con ensaladas como la Caprese, salmón ahumado, camarones y verduras al wok.